28 marzo, 2012

Huelga al consumo

Vídeo de sensibilización sobre el exceso de consumismo. Si no cambiamos el sistema puede que nos coma.

A vueltas con la lengua

El escritor Juan José Millás mejora con el tiempo en sus columnas y reportajes periodísticos. Aquí un texto que viene a ser en respuesta de la polémica montada por el informe de la Academia de la Lengua Española sobre las guías de lenguaje no sexista. A la ilustre Academia le gustan muy poco.

Durante el franquismo, la lengua era franquista, franquista y beata, olía a cuartel y a sacristía y a cirio y a letrina de barracón castrense

Se dice que la lengua no puede ser sexista como no puede ser comunista, capitalista o católica. Quizá no, lo ignoro, la verdad. Tampoco sé si el sexo, que nos funda, se puede comparar con las ideas políticas o religiosas, que van y vienen, aunque a veces se quedan una temporada. En todo caso, y desde mi modesta perspectiva de usuario y víctima de la lengua, estoy en condiciones de asegurar que durante el franquismo, por ejemplo, la lengua era franquista, franquista y beata, olía a cuartel y a sacristía y a cirio y a letrina de barracón castrense. De ahí el rechazo que algunos escritores sentían por ella y su necesidad de bucear en otras tradiciones. Abominar de la lengua propia es como abominar del propio hígado, pero también hay gente alérgica a su caca. Somos raros. Por eso, entre otras cosas, recibimos con tanto alborozo las novelas del boom latinoamericano, porque estando escritas en nuestro idioma parecía que estaban escritas en otro.

Del mismo modo que un franquista puede devenir en demócrata o un trotskista en facha, la lengua puede cambiar también de ideología y de hecho ha cambiado, ahora parece liberal o neoliberal, no sé, depende de la emisora de televisión que pongas o de la prensa que leas. Pero no hablemos de contingencias de orden político, económico o social que duran 40 ó 50 años, lo que en la vida de la lengua no es nada o casi nada. Hablemos de lo que nos constituye en lo más profundo, de lo que somos desde que tenemos memoria: una sociedad patriarcal. ¿Puede una gramática permanecer ajena a esa condición cuyos orígenes parecen tan remotos como los del habla? Quizá no. Se dice también que, si queremos que la lengua cambie, el que tiene que cambiar es el hombre (y la mujer, claro). Una forma optimista de abordar el asunto, como si la lengua fuera nuestro producto y no nosotros el de ella.

20 marzo, 2012

57 pautas de conducta machista en la vida cotidiana

Por Carlos Arroyo. Escrito por un hombre, por aquello de que también hay hombres feministas que quieren igualdad de derechos:

1. Es machista tolerar en silencio los abusos machistas de un hombre o simplemente reírle las gracias.

2. Es machista rechazar la existencia de cuotas de género y tolerar o avalar su causa, las desigualdades de género.

3. Es machista sentirse incómodo con tu jefe porque es jefa.

4. Es machista considerar que, hasta que no se demuestre lo contrario, cualquier mujer designada para un cargo lo es por cuota.


5. Es machista no sentir una indignación bíblica ante la diferencia de sueldos entre hombres y mujeres, por ser hombres y mujeres, y ningún otro motivo.

6. Es un grado infame de machismo no promocionar a una empleada porque está embarazada o tiene hijos pequeños.

7. Es machista ser director y crear comités con predominio absoluto de los hombres. Si hablamos de consejos de administración o comités ejecutivos, lo de predominio nos lo podemos ir ahorrando: son comités unisexualess.

8. Es machista estar incómodo cuando se trabaja mano a mano con personas de otro sexo.


9. Es machista criticar a una mujer profesional si llama a casa para gestionar asuntos familiares o comprobar que todo está en orden, sobre todo si tu casa está bajo control gracias a tu mujer.


10. Es machista aceptar sin más la idea de que los hombres están dispuestos a trabajar más que las mujeres: la unidad de medida no puede ser el hombre ni la mujer, es la pareja. Si un hombre puede prolongar la jornada es porque su mujer le cubre las espaldas en casa. Casi nunca al revés.


11. Es machista imponer un horario incompatible con la vida familiar.


12. Es machista convocar reuniones importantes de trabajo a partir de las 18.00, porque así se pone en un brete a las mujeres. No así a los hombres, generalmente cubiertos en el hogar por sus mujeres.


13. Es machista considerar que el tiempo profesional de tu mujer vale menos que el tuyo cuando surgen imprevistos familiares.


14. Es machista sentirse incómodo por el hecho de que tu mujer cobre más que tú.


15. Es machista creer que las mujeres conducen peor que los hombres. (Que se lo pregunten a las compañías de seguros).


16. Es machista no ir a la compra.


17. Es machista ir a la compra solo para buscar delicatessen que tu mujer nunca se permite por no descontrolar el gasto. Tú, jamón ibérico; ella, arroz y fideos.


18. Es machista no llevar dinero encima porque ya se ocupa tu mujer.

19. Es machista sobrecargar sistemáticamente el bolso de tu mujer con tus cosas para poder ir más cómodo. Aunque vaya precedido de “¿Te importa llevarme…?”.


20. Es machista aceptar alguna tarea doméstica menor, pero nunca poner la lavadora, ni tender, ni pasar la aspiradora, como si fuera más complicado que poner un satélite en la órbita de Marte.


21. Es machista creer que las camisas salen planchadas de la lavadora.


22. Es igual de machista aceptar que la mujer es la única que cocina, con la excepción de la gloriosa paella o la barbacoa dominicales.


23. Es machista creer que el desayuno se pone solo en la mesa (y que, además, solo es una tacita y un platito).


24. Es intolerablemente machista no aprender a hacerse un café porque para eso ya está tu mujer. Aunque se lo pidas por favor.


25. Es machista creer que los platos se meten solos en el lavavajillas. Y creer que salen solos del mismo.


26. Es machista creer que los calcetines usados se recogen a sí mismos en la cesta de la ropa.


27. Es machista creer que las bolsas de la basura se desmaterializan por las noches.


28. Es machista renunciar a la señora de la limpieza porque sale cara, y no ponerse a barrer y fregar, dejando que se encargue tu mujer.


29. Es machista rehuir opinar o tomar decisiones sobre la decoración de la casa, como si solo fueran cosas de mujeres.


30. Es machista pedir a tu mujer que te acompañe a comprar ropa y no esforzarte en acompañarla las pocas veces que ella te lo pide a ti.


31. Es machista olvidar decirle a tu mujer “no te pintes, cariño, que solo vamos a dar un caminata por el parque”.


32. Es machista criticar el desaliño indumentario en las mujeres si consideras normal el de los hombres.


33. Es machista no ponerse en el lugar de la mujer y entender que, cuando habla de cualquier tema, no necesariamente quiere que le resuelvas la vida. A veces solo pretende que la escuches. A los hombres nos cuesta hacernos a la idea, pero mejor aprenderlo pronto.


34. Es machista no interesarse y mostrar comprensión por las alteraciones psicológicas causadas por la menstruación.


35. Es machista minusvalorar los encuentros de tu mujer con sus amigas de siempre y considerar sagrados los tuyos con tus amigos (aunque sean ajenos al fútbol).


36. Es machista asumir sin acordarlo que, de los dos coches de la familia, el grande es para ti, y el pequeño, para tu mujer.


37. Es machista decirle a tus hijos: “Eso, lo que diga tu madre”. Como si a ti te hubiera puesto el ayuntamiento para criarlos y educarlos.


38. Es machista considerar que determinadas tareas del cuidado y la educación de los niños son responsabilidad de las mujeres por mandato divino: por ejemplo, el biberón, el bocadillo del colegio, la merienda en casa, el pediatra, la visita a los profesores de los niños…


39. Es machista considerar que el supuesto mejor rendimiento de niños y niñas por separado justifica la separación de sexos en la escuela. ¿Es razonable crear dos guetos sexistas por una hipotética mejora que hasta el momento no he visto más allá de algunos titulares que remiten a mitológicos estudios? ¿Y ese hipotético medio punto de mejora compensará las alteraciones infligidas en la visión del mundo de esos chicos y chicas que, desde entonces, se verán mutuamente como extraterrestres?


40. Es machista dejar sin reproche cualquier conducta machista de tu hijo (o hija).


41. Es machista educar a tu hija (y a tu hijo) en la resignación ante el machismo.


42. Es machista pedirle a tu hija que haga las tareas que no te atreves a pedirle a tu mujer para no quedar como un machista.


43. Es machista consentir que la hija haga más tareas del hogar que el hijo.


44. Es machista permitir que, a similar edad, el hijo vuelva a casa por la noche más tarde que la hija (la diferencia de vulnerabilidad callejera nocturna, debida a causas asimismo machistas, se afronta por otros procedimientos).


45. Es machista tener más inquietud por la vida sexual de tu hija que por la de tu hijo.


46. Es machista pagar siempre en los restaurantes y en los bares porque está feo que pague una mujer.


47. Es machista distribuirse en grupos de hombres por un lado y mujeres por otro en las cenas de amigos.


48. Es machista incurrir en la relativamente frecuente conducta de avasallar a tu mujer en las discusiones durante las cenas de amigos. Es la típica reacción masculina, “¡Qué sabrás tú de esto!”, que raramente se tiene con un hombre.


49. Es machista considerar que una mujer no puede catar el vino en el restaurante (aunque entienda de vinos más que tú).


50. Es machista conceder menos mérito a las hazañas deportivas de las mujeres que a las de los hombres por el hecho de que sus marcas sean inferiores.


51. Es machista sentirse incómodo en un taxi conducido por una mujer.


52. Es machista despreciar con aires de suficiencia a las mujeres musulmanas que utilizan pañuelos o velos.


53. Es machista echar un piropo a una mujer, salvo que sea tu amiga o haya una situación de confianza que impida los equívocos. Queda muy lejos la actitud tremendista típica en Estados Unidos ante estos temas.


54. Es machista no entender de una vez que las mujeres suelen preferir el sexo lento y con prolegómenos a entrar en materia sin preámbulos y si te he visto no me acuerdo.


55. Es machista decirle a tu mujer que se ha vestido de forma demasiado atrevida cuando te encantaría que la de enfrente fuera exactamente así.


56. Es machista mirar tan descarada e insistentemente a un mujer que la haga sentir incómoda o temerosa (especialmente en un ascensor o en una habitación sin nadie alrededor).


57. Es machista creer que una mujer simpática y sonriente te está pidiendo sexo.

La unión hace la fuerza

Tres ejemplos de cómo un grupo social coordinado y bien dirigido hace frente a cualquier dificultad: