En “Cuestión
de énfasis” de Susan Sontag
Hablando
de fotografía y que nos fotografíen.
“Aunque
la razón me dice que la cámara no apunta a mi cabeza como el cañón de un fusil,
cada vez que poso para un retrato fotográfico siento aprensión. Y no se trata
del conocido temor, manifestado por muchas culturas, al robo del alma o de un
aspecto de la personalidad. No imagino que el fotógrafo, para así introducir la
imagen-réplica en el mundo, me robe
algo. Pero advierto que la experiencia que ordinariamente tengo de mí misma se
ha trastocado. (…)
No me siento amenazada. Pero sí me siento desarmada, mi
conciencia reducida a un avergonzado nudo de timideces que intentan recobrar a compostura.
Inmovilizada para el examen de la cámara, siento el peso de mi máscara facial,
el abultamiento y la carnosidad de mis labios, la anchura de mis orificios
nasales, el desorden de mi cabello. Me siento como si estuviera detrás de mi cara,
mirando afuera a través de las ventanas de mis ojos, como el prisionero de la
máscara de hierro en la novela de Dumas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario