Cómo me gustan a mí estos estudios que yo llamo de Kyoto o de Cincinatti que son la mar de subjetivos pero que se gastan un dineral en sacar adelante una hipótesis.
En este caso es un experimento de psicólogos de la Universidad de Northumbria en el Reino Unido que viene a decir que hay ciertos movimientos danzarines en el hombre que a las mujeres nos vuelven locas y nos lanzamos a dejarnos seducir por el bailarín de turno. Algo así como las danzas de apareamiento de los animales pero en humanos.
El macho en su cortejo hacia la hembra despliega lo que sabe bailarinamente hablando todo su catálogo de elaborados bailes. Según el estudio la mujer se sentirá atraída por la “envergadura” (Sic) y variabilidad del movimiento del tronco y cuello, así como por la velocidad a la que se mueve su rodilla derecha y el hombro y muñeca izquierda (Sic).
4 comentarios:
El horterismo suele invadir el mundo..
Sí, incluida la investigación ciéntifica.
Bienvenido
Vale decir que un epiléptico dejaría en figurillas al mismo Casanova, ¿verdad?
jajaja, no se ría de los males ajenos. Pobre epiléctico ;-) Besos
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