08 diciembre, 2012

La gata Fanchette de Claudine

“Fanchette también ama los libros como un anciano sabio y me atormenta todas las noches, después de cenar, para que le retire de la estantería dos o tres de los Larousse grandes de papá; el vacío que dejan constituye una especie de cuartito cuadrado, donde Fanchette se instala y se enrosca. Cierro el cristal, y su ronroneo prisionero vibra con un incesante ruido de tambor en sordina. De vez en cuando la miro, y entonces me hace señas con sus cejas, que alza como si fuera una persona (…)

Tienes una conducta bastante indigna. Dos o tres veces al año te encuentro en el jardín, sobre las paredes, con una expresión loca y ridícula, y una recua de mininos a tu alrededor. Hasta conozco a tu favorito, perversa Fanchette. Es un morrongo gris, sucio, flaco, sin pelo, con orejas de conejo y patas toscas. ¿Cómo puedes degradarte tanto y tan a menudo con ese animal de tan baja extracción? Sin embargo, cuando me ves, incluso en esos momentos de demencia, recobras durante un instante tu expresión habitual y maúllas amistosamente, como si quisieras decirme. “¡Ya ves cómo estoy. No me desprecies demasiado… la naturaleza tiene sus exigencias… Pero volveré pronto a casa y me lameré largo rato para purificarme de esta descocada existencia!”. ¡Oh, mi hermosa Fanchette blanca! ¡Te sienta tan bien portarte mal!

“Claudine en la escuela” - Colette

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