Comentaba en una anterior entrada del jardín sobre la cantante de soul Winehouse, que al igual que hacía Ella Fitzgerald, se sube al escenario, empieza a cantar y esas letras que se prepara de contenido tan dramático, en plena actuación, la mujer las siente tan emocionalmente próximas que se pone a llorar con sus hipos, gimoteos, suspiros y corridas de rimel.
Las letras de la Winehouse, quien admitió que echar un polvo es como fumarse un cigarrillo, evocan el mundo de sus drogas, la infidelidad y ese amor-odio que siente por los hombres.
Escuchen canciones como “Back to Black”, “Rehad”, “I told you I was trouble”, “Love is a losing game” o “You know I’m no good”… todas ellas de una gran intensidad que les dirá mucho sobre esta temeraria cantante.
Por ejemplo en “Rehad” dice insistentemente en el estribillo: “ellos tratan de que vaya a rehabilitación, pero yo les digo... no, no no” “Prefiero estar en casa con Ray, no iré 70 días porque no hay nada que me puedan enseñar”.
En “Tears dry on their own”, la pobre Amy reconoce que se raya la cabeza con hombres estúpidos y no entiende por qué le importa tanto un hombre cuando existen mejores cosas a mano. Tiene una frase memorable: “Pronto seré la mujer del próximo hombre”. Entiende que su infelicidad con ellos es consustancial a ella.
En “Love is a losing game”, “el amor es un juego perdido”, qué mujer de poca fe...
Y “You know I’m no good” es una canción tristísima y canta un mea culpa inexplicable: “Te dije que yo era el problema. Sabes que no soy buena”. En el vídeo sale jungando con un bourbon con hielos. .. Genio y figura
Actualización 21 de junio
Casualmente vi en la televisión el concierto que recientemente Amy dio en el Rock in Rio Lisboa, se le acusó de llegar tarde a la cita y de beber alcohol durante el concierto, aunque por lo visto no bebía alcohol sino limón con jengibre.
La vi taann frágil a esta mujer, pero tan divina... tropezó con un armatoste de música que había por el suelo y parecía que todos los músicos y el coro estaban pendiente de ella. Lucía un gran chupetón en el cuello, que según leí después, Amy en ese mismo día, por la mañana, alquiló un helicóptero Lisboa-Londres para visitar a su marido Blake en la cárcel... horas después regresaba a Lisboa para su concierto con la huella de la embestida amorosa sin disimular. Es lo que se dice una mujer enamorada.