01 junio, 2008

Tea time

“Espuma de jaspe líquido”, así llamaban al té los poetas entre la cuarta y la quinta centuria china. Se le atribuía virtudes como la de aliviar la fatiga, deleitar el alma, fortificar la voluntad y reanimar la vista.

Los taoísta, y me quedo con esta versión, consideraban el té como elixir de la inmortalidad y los budistas se servían de él para luchar contra el sueño en sus vigilias y en sus largas horas de meditación.

El libro “Ch’a Ching”, del poeta chino Lu Wu del siglo VIII, puede considerarse la biblia del té, en él describe el método para hacer té y considera el color azul, ideal para una taza de té, pues matiza el liquido de un color verdoso. Insiste en la tan discutida cuestión de la elección del agua y de los grados de efervescencia que considera que son tres: cuando las pequeñas burbujas flotan como ojos de pescado en la superficie; cuando las burbujas revolotean como perlas de cristal y, por último, cuando el agua en ebullición salta furiosamente dentro de la tetera.

El poeta T’ang elogió el té y sus sucesivas ingestas a estados gloriosos: “la primera taza humedece mis labios y mi garganta; la segunda rompe mi soledad; la tercera, penetra en mis entrañas y remueve en ellas millares de extraños pensamientos; la cuarta, me baña en leve sudor y todos los pesares de mi vida son eliminados a través de mis poros; a la quinta taza estoy purificado; la sexta me transporta a la morada de los inmortales. La séptima... ¡Ah, la séptima! Pero ya no puedo beber más. Siento que el soplo de un aura fría recorre mis brazos bajo mis anchas mangas”.

En cuanto a mis tés, los hace el “Tea shop”, no tomo cafés, salvo algún que otro Capuccino descafeinado. Soy muy versátil en cuanto a la toma de tés, ahora me da por tomar el té verde con leche condensada a media tarde. Pero también puedo hacerme un “Taj Majal” (té negro con pétalos de rosa y aroma de canela), “Las mil y una noches”, té negro y té verde mezclado con pétalos de rosa y flores de jazmín o también un té verde de Champán con jugosas fresas. .. Voy a ver si llego a la sexta taza para llegar a la morada de los inmortales.


7 comentarios:

Pilar Cita dijo...

Todo puede ser poético y lo has demostrado hablando del te!

Yo tampoco tomo café, pero si me bebo 6 tazas de té, cojo un "parkinson" que no me pasa en 3 días!

Los nombres de tus tés, de lo más sugerentes, mmm se me antojó un Taj Mahal.

Besos como soplos de la séptima taza.

Veronica dijo...

Ah, yo tengo una enorme colección te tés y tazas. Pero también tengo mi favorita, de color negro, con relieve.
¿A usted, cómo le gusta tomar el té?
Saludos querida Geisha. Que empiece bien el lunes, con maldad.

Karla dijo...

Me quedo con el té verde marroquí a la menta y todo su ritual..
Besos

Geisha dijo...

jaja, Sensai, podíamos retarnos para ver quién aguanta más tazas de té. Si es a cafés me tumbas a la primera. Besos

Sabrás, Verónica, que en uno de mis viajes a Marruecos me compré un juego de té negro con bordes dorados (Coíncido en sus gustos).

Y me pregunta por cómo me gusta tomarlo... sin kimono (con maldad). Besos

Buen té, Karla, creo que he probado de todas las nacionalidades y de todas las mezclas. Besos

Una cosa importante sobre el té y que poca gente sabe: tomar mucho té hace que disminuyan nuestros necesarios depósitos de hierro y ferritina. Hay que beber con moderación y como mucho dos tazas y ligeritas. Ya tuve problemas, en un pasado, con el hierro.

Luna Carmesi dijo...

Al final me acostumbré al te chino... Llegaba a los proveedores y venga... vaso agua caliente y los hierbajos dentro... Al principio me choco, despues me acostumbré y solia repetir...

Eso si, una vez en la ciudad de Ningbo (al sur de Shanghai) me llevaron a un restaurante hindu...
Diooooossssssssss que té!!!!
Una obra de arte!!!!!!!

marielet dijo...

Soy una ex-adicta al café, con el té nunca he llegado a esos viejos estadios de sobre-exitación y falta de pulso, tal vez porque nunca tomé mas de 2 tasas, ni mucho menos siete!

He tenido una visión en la que una geisha preparaba el té y llovían pétalos de rosa.

Geisha dijo...

Luna Carmesí, bienvenida al jardín y estoy de acuerdo hay tés que son más que una delicia y un disfrute.

Marielet, querida, vaya visiones que tiene usted, más quisiera yo que cada vez que hiciera té me llovieran rosas... en fin, volvamos a la cruda realidad. Besos