22 noviembre, 2009
La mesilla de noche de Bergman
Recuerdo que tuve un tiempo, que escribía un poemario, que me iba a la cama con papel y lápiz porque mis mejores inspiraciones venían antes de irme a dormir. Ya con el tiempo, mis mejores inspiraciones ocurren en la ducha.
Intercambio de libros gratis
Digamos que el único costo es el de enviar por correo tus libros a otras personas interesadas. Si lo mandas a alguien de tu país te dan un punto; y si lo envías al extranjero, tres puntos. El libro que recibas puedes quedártelo o ponerlo en circulación una vez que lo hayas leído.
Los títulos proceden de diferentes países, y hay 3.300 en español.
La idea surgió porque John Buckman que ha vivido en diferentes países de Europa y América, se quedó frustrado de que libros que se publican en un país, no estuvieran disponibles en otros. Además, es un crimen cuando un libro desaparece totalmente y nadie más puede leerlo.
Y el sitio tiene todas mis bendiciones porque he buscado un libro de Maurice Joly que es una maravilla y ¡voila!, lo tiene una persona que lo pone en circulación en España.
El libro en cuestión para los curiosos y curiosas y absolutamente recomendable es “Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu”.
20 noviembre, 2009
Jacinto, Tiépolo y el tenis
En el Museo Thyssen-Bornemisza, en su exposición temporal hasta el 21 de enero, puede verse “La muerte de Jacinto” de Tiépolo, un cuadro que según el comisario de esta exposición llamada “Las lágrimas de Eros”, sería una pintura gay del siglo XVIII.
Jacinto, un hermoso joven, del que estaban enamorados Apolo y Bóreas, el del viento del norte, que se moría de celos, se vengó:
Un atardecer Jacinto ofreció a Apolo jugar al tenis, (observen la raqueta en la parte inferior derecha) y así compartir testosterona competitiva. Lanzó Apolo, que para eso era dios mitológico la pelota con tal fuerza que Jacinto quedó maravillado, pero Bóreas celoso, sopló y desvió la trayectoria de la pesada pelota dando en la frente a Jacinto, tanta sangre salía que Apolo no pudiendo hacer nada para salvarlo le convirtió en flor.
¿Y qué pinta la raqueta en todo esto?, según parece, el tenis estaba muy de moda en la Venecia del siglo XVIII, de ahí que Tiépolo se permitiera el anacronismo y pusiera a un dios mitológico a jugar al tenis.
15 noviembre, 2009
Cantemos al amor
Le ciel bleu sur nous peut s’effondrer
et la terre peut bien s’écrouler
peu m’importe si tu m’aimes
je me fous du monde entier
tant qu’l’amour inond’ra mes matins
tant que mon corps frémira sous tes mains
peu m’importe les problèmes
mon amour puisque tu m’aimes.
J’irais jusqu’au bout du monde
je me ferais teindre en blonde
si tu me le demandais
j’irais décrocher la lune
j’irais voler la fortune
si tu me le demandais
Je renierais ma patrie
je renierais mes amis
si tu me le demandais
on peut bien rire de moi
je ferais n’importe quoi
si tu me le demandais
Si un jour la vie t’arrache à moi
si tu meurs que tu sois loin de moi
peu m’importe si tu m’aimes
car moi je mourrais aussin
nous aurons pour nous l’éternité
dans le bleu de toute l’immensité
dans le ciel plus de problèmes
mon amour, crois-tu qu’on s’aime
dieu réunit ceux qui s’aiment
01 noviembre, 2009
Infidelidad, III – Manuelita Sáenz a su santo esposo
“No, no y no; por el amor de Dios, basta ¿Por qué te empeñas en que cambie mi resolución? ¡Mil veces no! Señor mío, eres excelente, inimitable, pero mi amigo, no es grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido si sus méritos no sería nada. ¿Crees por un momento que después de haber sido amada por este hombre durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo, o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? Déjame en paz, mi querido inglés. Amas sin placer. Conversas sin gracia, caminas sin prisa, te sientas con cautela y no te ríes ni de tus propias bromas. Son atributos divinos, pero yo miserable moral que puedo reírme de mí misma, me río de ti también, con toda esa seriedad inglesa (...) Eres más celoso que un portugués. Por eso no te quiero (...)
En serio, sin ligeraza, con toda la escrupulosidad, la verdad y la pureza de una inglesa, nunca más volveré a tu lado. Siempre tuya, Manuela".
Infidelidad, II – Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós
“Por lo que toca al arrastrado éxtasis de Barcelona, creo que fue una de esas cosas impensadas y casi inconscientes, que al más pintado le ocurren. Allí sí que no pequé contra el amor que te tuve y tengo, como aseguras tú que no pecaste contra el mío en Nápoles ni en Venecia. Claro está que dadas mis faltas no podía haber Nápoles ni Venecia para mí, o al menos que la Venecia y el Nápoles habían de ser de otro corte muy distinto; pero en el fondo fue mi imaginación, y no mi alma, lo que allí te abandonó o por mejor decir, te hizo traición. Ante la moral oficial no tengo defensa, pero tú y yo se me figura que vamos un poco para nihilistas en eso (...)
Perdóname el agravio y el error, porque he visto que hice mucho daño; a ti que sólo mereces rosas y bienes, y que eres digno del amor de la misma Santa Teresa que resucitase (...)
No hagas conquistas, no te vengues en eso. Lo que te amo te basta, mira que yo en un minuto te puedo dar más bienes y más alegrías que nadie, sobre todo, a mí es a quien quieres; no lo olvides.
Te abrazo fuerte, a ver si de una vez te deshago y te reduzco a polvo. En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre".
Infidelidad, I – Beauvoir a Sartre
No es que tenga en alta estima la fidelidad... pero hablando con una amiga, me dice, Geisha, estás desfasada, en Europa eso ya está superado, se da por hecho que todo el mundo es infiel, hay que tener cierta flexibilidad... Ya hasta la legendaria fidelidad de los caballitos de mar se ha puesto en duda. En principio son monógamos, en principio como todo el mundo y después viene eso del coup de foudre, el fall in love, el flechazo o flasheado que imbecibiliza.
Veamos tres cartas de tres grandes mujeres que confiesan su infidelidad a su pareja.
Carta de Beauvoir a Sartre, ella le cuenta su infidelidad, tenían permitido estas pasiones pasajeras, que luego resultaron para ambos toda una desilusión.
Querido pequeño ser:
Quiero contarle algo extremadamente placentero e inesperado que me pasó: hace tres días me acosté con el pequeño Bost. Naturalmente fui yo quien lo propuso, el deseo era de ambos y durante el día manteníamos serias conversaciones mientras que las noches se hacían intolerablemente pesadas. Una noche lluviosa, en una granja de Tignes, estábamos tumbados de espaldas a diez centímetros uno del otro y nos estuvimos observando más de una hora, alargando con diversos pretextos el momento de ir a dormir.
Al final me puse a reír tontamente mirándolo y él me dijo: “¿De que se ríe?”.
Y le contesté: “Me estaba preguntando qué cara pondría si le propusiera acostarse conmigo”.
Y replicó: “Yo estaba pensando que usted pensaba que tenía ganas de besarla y no me atrevía”.
Remoloneamos aún un cuarto de hora más antes de que se atreviera a besarme. Le sorprendió muchísimo que le dijera que siempre había sentido muchísima ternura por él y anoche acabó por confesarme que hacía tiempo que me amaba. Le he tomado mucho cariño. Estamos pasando unos días idílicos y unas noches apasionadas. Me parece una cosa preciosa e intensa, pero es leve y tiene un lugar muy determinado en mi vida: la feliz consecuencia de una relación que siempre me había sido grata.
Hasta la vista querido pequeño ser; el sábado estaré en el andén y si no estoy en el andén estaré en la cantina. Tengo ganas de pasar unas interminables semanas a solas contigo.
Te beso tiernamente, tu Castor.