Doña Emilia Pardo Bazán le cuenta su infidelidad a Benito Pérez Galdós. Es sabido que él era un consumado mujeriego... y ella, le cuenta a él, de una aventura que tuvo en Barcelona.
“Por lo que toca al arrastrado éxtasis de Barcelona, creo que fue una de esas cosas impensadas y casi inconscientes, que al más pintado le ocurren. Allí sí que no pequé contra el amor que te tuve y tengo, como aseguras tú que no pecaste contra el mío en Nápoles ni en Venecia. Claro está que dadas mis faltas no podía haber Nápoles ni Venecia para mí, o al menos que la Venecia y el Nápoles habían de ser de otro corte muy distinto; pero en el fondo fue mi imaginación, y no mi alma, lo que allí te abandonó o por mejor decir, te hizo traición. Ante la moral oficial no tengo defensa, pero tú y yo se me figura que vamos un poco para nihilistas en eso (...)
Perdóname el agravio y el error, porque he visto que hice mucho daño; a ti que sólo mereces rosas y bienes, y que eres digno del amor de la misma Santa Teresa que resucitase (...)
No hagas conquistas, no te vengues en eso. Lo que te amo te basta, mira que yo en un minuto te puedo dar más bienes y más alegrías que nadie, sobre todo, a mí es a quien quieres; no lo olvides.
Te abrazo fuerte, a ver si de una vez te deshago y te reduzco a polvo. En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre".
2 comentarios:
Emilia es mucho mas consecuente. La infidelidad no es de fondo, si no de forma. Menos cruel (si es que es que esto en estas cosas es posible)
Echos, Emilia, era mujer de armas tomar, con un carácter que apabullaba. Esta infidelidad que comenta a su amante, es por purito despecho. Gracias por el comment
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