14 abril, 2008

Gótica II

Di muchas vueltas, vueltas y más vueltas por el cementerio más grande de París... ya no llegaba al concierto de los domingos a las cinco para oír el sonido del órgano más grande de Francia, el de la catedral de Notre Dame. Vueltas y más vueltas, me agarro del brazo de una francesa que va a depositar flores a su marido para que me acompañe a visitar la tumbita de María Callas.

Ella: Está por aquí, sé que está cerca
Geisha: Por aquí ya he mirado y no está
Ella: Está muy cerquita de la de mi marido, pero no me he parado nunca en ella...
Geisha: ¿Y viene mucho por aquí?
Ella: todos los domingos desde hace tres años.¿Eres italiana?
Geisha: Nooooo (¿cómo me puede confundir con una italiana?)
Ella: Esa es la de Ives Montand, y la de allí, la de Piaf... pero ¿y la de Callas?...
Vueltas y más vueltas... adiós órgano y la música barroca

Me encuentro a un alemán que lleva mapa y voilà, estos alemanes que listos son, después de dar más vueltas con más parroquianos vemos la tumbita de María Callas. Ah, ¿pero es esto?, eso pone...


El cuerpo de Callas fue incinerado en Père Lachaise y sus cenizas arrojadas al Mar Egeo. Todo lo que concierne a la soprano está poco claro, su muerte oficial fue infarto, pero no se descarta que se suicidara tomando pastillas. No se hizo autopsia.

2 comentarios:

Bluebeard dijo...

Y, tal vez, la vida de mi adorada Callas podría resumirse así:

Vissi d’arte, vissi d’amore,
non feci mai male ad anima viva!

Nell’ora del dolore
perchè, perchè, Signore,
perchè me ne rimuneri così?

Geisha dijo...

Buenas, Blue

mira tú por dónde que visité tu blog y creo conocerte.

Bienvenida al club de la Callas, y sí, todo un drama lo de esta grande-pobre mujer.