04 enero, 2007

La lectora consumi(a)da


Ninon Karlwe Iss (agente teatral de fama internacional) estaba muy enferma en el hospital Salpêtrière de París, no reconocía, ni oía, ni hablaba, ni veía. Bob Wilson, su ayudante, permaneció horas y horas a su lado. De repente, en mitad de la noche. Ninon abre los ojos y le dice: “Querido Bob, en mi bolso tengo una novela policíaca que estaba acabando. Léeme, por favor, el último capítulo”.

Bob, leyó el último capítulo. Al terminar, Ninon sonrió , cerró los ojos y murió.

He ahí una apasionada lectora que en su último suspiro quería saber quien era el asesino. Tal vez no sabía que se iba a morir -¿quién lo sabe con certeza?; y pensó que en ese momento lo más importante en la vida era eso... terminar un libro que era quizá lo único que tenía pendiente y a mano en esta vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial Ninonn y genial tú al rescatar el episodio para todos nosotros.

Geisha dijo...

Gracias, samurai ilustrado. Hay que tener por la literatura y en concreto por las novelas policíacas la gran pasión de la lectura para hacer lo que hizo Ninonn.