07 enero, 2007

Pecados capitales


Los pecados capitales ya no están vigentes, habría que actualizarlos. Quien atemorizó al mundo con los siete pecados fue Santo Tomás de Aquino (1224-1274), hace más de ochocientos años, y por aquella época y en la actual, siguen siendo la soberbia, la avaricia, la lujuria, la gula, la pereza, la envidia y la ira. A mí no me importa que mi vecino sea soberbio y se estime mucho así mismo; ni que el que me vende el pan le de por el placer sexual excesivo, siempre y cuando no utilice mi pan para sus fantasías sexuales; qué me importa que mi compañero de trabajo coma en exceso, sólo su salud se lo agradecerá; si envidio la fortuna de mi amiga, de qué me serviría con lo cual me alegro de su suerte; alabo al perezoso y reivindico la pereza como arte sublime de la existencia; el avaricioso no me incumbe, mientras no lo sufra y la ira, espero no encontrármela de frente; quizá de los pecados sería el único que condenaría, a todos los demás los redimiría y crearía otros más imperdonables.

La cobardía
El aburrimiento
La deslealtad
La insolidaridad
La ignorancia
La desilusión
El ascetismo

5 comentarios:

María dijo...

¿El ascetismo?
Ya ando condenandome entonces...
Abrazos

Anónimo dijo...

jajaja! me ganaron de mano!

el ascetismo???

Pensandolo bien...estamos en el Jardin de una Geisha, eso de renunciar a la ostentación de la belleza corporal debe ser muy duro por aquí!

marielet

lola dijo...

coincido? el Ascetismo??' y eso? justo cuando encontré una práctica que no me hace daño, ya me estaís condenando..nuuuu

Geisha dijo...

Mis queridas ascéticas MARÍA y LOLA en este jardín vuestra condena no iría más allá de la contemplación. Y por supuesto, MARIELET, en un jardín de una Geisha no se puede renunciar a ningún deseo por -digamos- la idiosincrasia de la propia geisha.

Julia Ardón dijo...

muy buena "selección" de pecados. Los otros no lo son tanto.