27 abril, 2008

Nomadismo

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No es que sea una nómada consumada, normalmente es mi casa la que se convierte en jaima de nómadas. El caso es que ayer me convertí en nómada casual y me encontré volviendo a mi casa, con la luz del sol en lo alto, el foulard en el bolsillo, el sujetador en el bolso, el vestido en la mano y con el rimel y las sombras que ya me habían abandonado.

6 comentarios:

Pilar Cita dijo...

Ay! Ese regreso a casa con aspecto inequívoco de haber pasado una noche "volcánica" es increíble. Por un lado sientes vergüenza al compararte con los limpitos madrugadores, y por otro, por otro te da todo igual y llevas una sonrisa que te acompaña unas cuantas horas.

Besos de domingo.

Karla dijo...

Uyyys, obvio la pregunta de ¿y de dónde venías???

Karla dijo...

Yo no había publicado aquí un comentario esta mañana?

Anónimo dijo...

Una verdadera vergüenza.. que no dé los detalles que nos merecemos. Pedimos una crónica de los hechos ya mismo.
Ah, se debía pedir "por favor", verdad?
Besos

Colegio de Monjas dijo...

Sii volver con la frente marchita?!Bah eso es lo que parece cada vez que dejo el auto en el garage para que los chicos de ahi se hagan cargo. Los encargados baldeando. Yo esquivando las baldosas flojas. Pero feliz de regresar a casa luego de una prolongada noche y descuidada mañana.

Geisha dijo...

Sensai, ¿tú crees que los demás notan si has pasado la noche por ahí o eres también "otro" madrugador limpito como ellos?.
Creo que mi kioskero es la única persona que me tiene catalizada, pero es que son muchos años comprándole el periódico. Besos

Karla, bienvenida por este jardín, ¿de dónde venia? ¿de dónde venía? ays que pregunta, venía de la noche volcánica que mencionaba sensai.

Querida Fiamma de T. quiere detalles, pues verá, para las voyeurs les diré que todo el tema empezó cuando yo estaba en el Morocco y me veo a una mortal cantando de principio a fin el "Ive got you under my skin Ive tried so not to give in Ive said to myself...", y yo en la platea cantando lo mismo, mirándonos y después llegó la coíncidencia en la barra, las embestidas contra la pared y luego su casa o la mía, su cama, su patria y más embestidas y oh! ah! mmmm! usted ya sabe, noche y día maravillosamente in albis. Besos, querida.

Querida superiora del colegio ese de monjas, ya veo que usted como madre priora dando ejemplo a la congregación con sus "descuidadas" mañanas de regreso. Beso su pecho que es donde supongo llevará el crucifijo.