Los pecados capitales ya no están vigentes, habría que actualizarlos. Quien atemorizó al mundo con los siete pecados fue Santo Tomás de Aquino (1224-1274), hace más de ochocientos años, y por aquella época y en la actual, siguen siendo la soberbia, la avaricia, la lujuria, la gula, la pereza, la envidia y la ira. A mí no me importa que mi vecino sea soberbio y se estime mucho así mismo; ni que el que me vende el pan le de por el placer sexual excesivo, siempre y cuando no utilice mi pan para sus fantasías sexuales; qué me importa que mi compañero de trabajo coma en exceso, sólo su salud se lo agradecerá; si envidio la fortuna de mi amiga, de qué me serviría con lo cual me alegro de su suerte; alabo al perezoso y reivindico la pereza como arte sublime de la existencia; el avaricioso no me incumbe, mientras no lo sufra y la ira, espero no encontrármela de frente; quizá de los pecados sería el único que condenaría, a todos los demás los redimiría y crearía otros más imperdonables.
La cobardía
El aburrimiento
La deslealtad
La insolidaridad
La ignorancia
La desilusión
El ascetismo
La cobardía
El aburrimiento
La deslealtad
La insolidaridad
La ignorancia
La desilusión
El ascetismo
5 comentarios:
¿El ascetismo?
Ya ando condenandome entonces...
Abrazos
jajaja! me ganaron de mano!
el ascetismo???
Pensandolo bien...estamos en el Jardin de una Geisha, eso de renunciar a la ostentación de la belleza corporal debe ser muy duro por aquí!
marielet
coincido? el Ascetismo??' y eso? justo cuando encontré una práctica que no me hace daño, ya me estaís condenando..nuuuu
Mis queridas ascéticas MARÍA y LOLA en este jardín vuestra condena no iría más allá de la contemplación. Y por supuesto, MARIELET, en un jardín de una Geisha no se puede renunciar a ningún deseo por -digamos- la idiosincrasia de la propia geisha.
muy buena "selección" de pecados. Los otros no lo son tanto.
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