Se expone en la Plaza del Duomo de la catedral de Milán una enorme escultura esquelética que bien pudiera ser el fantasma de Gulliver, aquel joven gigante, gigante que decidió viajar por todo el mundo y que conoció a los pequeños liliputienses. El escultor Gino de Dominicis que ha titulado la obra como “Calamita Cósmica” pesa 8 toneladas y la osamenta mide 24 metros de largo, sólo la calavera, tiene casi dos metros de altura. Todo ello en realidad es una reflexión irónica sobre la muerte que bromea con esa nariz prominente cual Pinocho.
1 comentario:
Impresionante.
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