18 febrero, 2007

A las cinco en punto de la tarde...

MU
A esta geisha la invitaron ayer a los toros y allí que me fui a las cinco en punto de la tarde. Un rejoneador y siete matadores: Espartaco, Ponce, El Cid, Liria... La conclusión de la corrida, se cortaron 14 orejas (las del toro) como trofeos.

He sido muy aficionada a los toros pero no voy porque llevo fatal la agonía y la sangre a borbotones del toro. Puedo entender que vi arte taurino del bueno: pases inspirados de Ponce, naturales de El Cid, las banderillas al quiebro del caballo, verónicas, pases de rodillas... pero ya eso de matar... El mundo de la tauromaquia es una forma de vida, una liturgia para el torero, un arte para el aficionado y ha inspirado la pintura de Picasso, Dalí, Goya y otros muchos grandes pintores; también los versos de poetas como Alberti, Lorca, Miguel Hernández... La tauromaquia es arte e inspira arte pero eso de matar al torito...Imaginen en este poema de Lorca la muerte del toro, en vez de la del torero:

Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

Lorca, Llanto por Ignacio Sánchaz Mejías

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